Hay muchas personas que llevan a cabo una dieta para tratar de perder peso o mantenerse en forma. La combinación de alimentación y ejercicio es fundamental para llevar un estilo de vida más saludable. Pero, ¿qué sucede cuando acabamos la dieta de adelgazamiento?, ¿cuántas personas no han sufrido el temido efecto rebote? Para todas ellas, la dieta inversa surge como una excelente opción.
¿Qué es la dieta inversa?
La dieta inversa es una dieta que consiste en aumentar de forma progresiva el consumo de calorías después de una dieta estricta y baja en calorías con el objetivo de mantener la figura. La idea de esta dieta es acelerar el metabolismo para que al volver a comer de forma normal la persona no gane peso.
En realidad, se trata de aumentar de forma progresiva y gradual las calorías para restablecer los niveles hormonales adecuados y disfrutar de una rutina metabólica más controlada. El objetivo es mantener el peso corporal aportando al cuerpo una cantidad de calorías normal.
¿Para quiénes está recomendada la dieta inversa?
Hay diferentes tipos de personas para los que esta dieta está más que recomendada. Empezando, sobre todo, por aquellas que llevan bastante tiempo con déficit calórico debido a alguna dieta de adelgazamiento. En este caso, lo que se evita es el temido efecto rebote que se produce tras estas dietas.
También es ideal para aquellas personas con unas calorías de mantenimiento muy inferiores a las que disponían habitualmente. Lo mismo sucede con las personas que se hallan estancadas en la pérdida de grasa o aquellas que vienen realizando una competición extrema.
El efecto rebote al retorno de las calorías de mantenimiento puede tirar al traste parte del trabajo que hayamos hecho previamente. Por eso la dieta inversa es una buena estrategia para usarla a la hora de reestablecer los valores basales.
Beneficios de la dieta inversa
La dieta inversa es una excelente opción para después de adelgazar y evitar el efecto rebote. Si bien es cierto que necesitarás calcular y controlar de forma precisa las calorías que consumas, no es una dieta que se haga aburrida como sí sucede en otras situaciones.
Es un tipo de dieta que, además, no te dejará una sensación constante de hambre. Pero todo ello, siempre y cuando hagas un seguimiento de las calorías que necesitas para mantener la energía en tu cuerpo. No obstante, no te preocupes ya que se trata de una dieta que podrás diseñar de acuerdo a tus gustos personales.
Precisamente, en la «reverse diet» (como se conoce también) no hay restricciones en la elección de los alimentos, lo que resulta una magnífica alternativa para comer sano de la forma más cómoda. Esto te permitirá también poder disfrutar de más energía para llevar a cabo cualquier sesión de entrenamiento que tengas. Pero a su vez, los músculos dispondrán de más nutrientes para recuperarse mejor después de la práctica deportiva.
Por último, hay que destacar que esta dieta acelera el metabolismo de tu cuerpo y evita que esté continuamente en modo ahorro de energía.
Consejos para seguir la dieta inversa
Para seguir de la mejor manera esta reverse diet, podríamos seguir una serie de consejos y recomendaciones.
Aumentar la ingesta calórica y comer de forma saludable
Una de las principales recomendaciones que se suelen hacer al llevar a cabo esta dieta es ir incrementando la cantidad de calorías diarias poco a poco y de forma progresiva. Lo ideal estaría en unas 50-100 Kcal cada semana.
Además, es muy importante que para que la dieta surta el efecto deseado podamos disfrutar de una alimentación sana y saludable. Una dieta en la que se incluyan, por ejemplo, alimentos con un índice glucémico bajo (yogurt natural, lentejas, pan de centeno, zanahorias, manzanas, anacardos, etc.) y evitando los atracones.
Los macronutrientes y la actividad
Para que la dieta sea lo más óptima posible, la distribución de los macronutrientes debe ser la más adecuada en función del objetivo y el nivel de actividad diaria que tengas. Es muy importante controlar bien esta distribución dependiendo de la situación de cada uno.
Sin ir más lejos, juega un papel fundamental el mantenerse activo. Si, por ejemplo, has estado entrenando o haciendo ejercicio para perder peso, hay que seguir haciéndolo durante la dieta inversa. Continua con tu actividad diaria normal 😉
Seguimiento de la alimentación y el entrenamiento
Asimismo, es fundamental que controles la alimentación y el entrenamiento que realizas cada día. De hecho, cada persona debe controlar la ingesta calórica al final de la dieta, saber el número de calorías que se consumen, las calorías que se necesitan y su peso.
Parece una tontería pero tener una idea del nivel de calorías que manejamos, nos dará una visión mas aproximada de nuestro gasto total. El % de grasa corporal y el peso muscular son otros factores que deberíamos controlar si no queremos ganar un exceso de grasa en esta fase.
En definitiva, este tipo de dieta puede ser una magnífica alternativa para evitar el efecto rebote que se produce después de una dieta de adelgazamiento. Es por eso que resulta muy eficaz para aquellas personas que llevan un tiempo siguiendo dietas y no logran perder peso, aunque tengan un déficit de calorías.
La dieta inversa puede ser el primer paso para que se adopten hábitos alimenticios más saludables sin perder en ningún momento el ritmo de actividad que se necesita.
Un comentario
aguanten las milanesas de poyo y el ropo