Déficit de oxígeno y beneficios cerebrales
Por lo general, cada vez que escuchamos que una persona ha sufrido déficit de oxígeno relacionamos este término con el desarrollo de alguna patología o accidente que, lógicamente, conduce a una desmejora de la salud que puede causar daños irreversibles.
Cuando se habla de déficit de oxígeno o hipoxia cerebral, de igual forma, recibimos la impresión de que el tejido ha sido afectado por la disminución de oxígeno en la sangre.
Sin embargo, el término déficit de oxígeno cerebral se encuentra en evolución actualmente en el campo de la psiquiatría molecular.
El desarrollo de la biología molecular y todas sus herramientas ha posibilitado la exploración de los tejidos cerebrales, permitiendo conocer diferentes mecanismos de daños del tejido cerebral, así como mecanismos de adaptación continua que participan en el aprendizaje y la supervivencia.
Así, recientemente, investigadores del Instituto Max Planck de Medicina Experimental de Alemania y otros colaboradores han comenzado a generar información de gran interés para la medicina general, la psiquiatría y la gerontología, aportando nuevos mecanismos que permiten la adaptación y organización del tejido cerebral mediante la neuroplasticidad.
Y te estarás preguntado, ¿Qué leches tiene esto que ver a la hora de conseguir un cuerpo saludable?
Sigue leyendo, ya que el concepto de neuroplasticidad, hace referencia a la capacidad de adaptación que tiene el cerebro frente a los cambios mediante las redes neuronales. La calidad de nuestro aprendizaje y nuestras emociones está vinculada a esto 😉
¿Qué significa el déficit de oxígeno cerebral?
El déficit de oxígeno cerebral, también conocido con mayor especificidad como hipoxia cerebral, se trata, generalmente de una condición en la que (por alguna razón traumática o patológica) se encuentran disminuidos los niveles de oxígeno en la sangre que irriga el tejido cerebral.
Sea cuál sea la causa del déficit de oxígeno cerebral, una vez que este se instaura es solo cuestión de unos pocos minutos para que las células cerebrales comienzan a morir por privación de oxígeno, con desarrollo de lesiones irreparables e incluso podría llegar a la muerte cerebral de una persona.
Sin embargo, el uso de esa terminología se encontraba restringido únicamente a lesiones o trastornos que causan un daño al tejido, uso que ha comenzado a cambiar desde el año 2020 con la aparición de nuevos hallazgos científicos que brindan otra perspectiva al déficit de oxígeno cerebral.
Desde una perspectiva funcional se ha incrementado el uso del término hipoxia cerebral funcional, haciendo referencia a un proceso fisiológico que tiene lugar en el cerebro durante un estímulo físico o cognitivo que genera la reorganización de algunas células cerebrales.
Y siiii, parece ser que el ejercicio físico ayuda, ya que desencadena un proceso adaptativo de plasticidad neuronal
¿Cuáles son los efectos del déficit de oxígeno en el cerebro?
Tradicionalmente, al hablar de déficit de oxígeno en el cerebro se reconocen algunos signos sobre el tejido cerebral que impiden su correcto funcionamiento, disminuyendo las capacidades cognitivas de la persona, así como su funcionalidad en la cotidianidad.
A rasgos generales, puede decirse que cuando ocurre un déficit leve de oxígeno cerebral puede alterarse la coordinación de los miembros y pueden ocurrir episodios de pérdida de la memoria, mientras que al sufrir un déficit grave pueden presentarse convulsiones e incluso muerte cerebral.
El panorama es totalmente distinto cuando hablamos entonces de hipoxia funcional cerebral, ya que se trata de un proceso fisiológico normal, recientemente descubierto, con gran impacto en la estructura cerebral.
Experimentos realizados en ratas dejan evidencia de que los individuos expuestos experimentalmente a condiciones de hipoxia mediante el desarrollo de actividad física mostraron cambios en la conformación del hipocampo y otras regiones cerebrales.
Más aún, se han encontrado hallazgos que involucran directamente estos cambios tisulares en el proceso de neuroplasticidad cerebral y de neurogénesis mediante la estimulación del incremento de la síntesis de la eritropoyetina (EPO) cerebral que a su vez favorece la oxigenación.
Definitivamente, desde el punto de vista fisiológico o patológico, la hipoxia o déficit de oxígeno cerebral es un factor que causa modificación de la estructura cerebral.
¿Qué significa el término hipoxia cerebral funcional?
Aunque el término hipoxia cerebral se encuentra estrechamente vinculado a la aparición de una condición patológica que afecta el desenvolvimiento de la persona por déficit neurológico, ahora se ha logrado una perspectiva en el uso de la terminología, apuntando hacia el término hipoxia cerebral funcional.
Este término ha surgido como producto de los hallazgos neurológicos evidenciados en experimentos con ratones, en los que se aprecia el aumento de las concentraciones de eritropoyetina cerebral, vinculada al incremento de neuronas piramidales en el hipocampo.
El uso del adjetivo funcional hace referencia a que, en este caso, la hipoxia o déficit de oxígeno guarda relación con un proceso natural que tiene lugar en el cerebro y que es fundamental para el desarrollo normal del individuo en su cotidianidad, en su día a día 😉
De cualquier forma, estos son avances que se encuentran en plena evolución y que pueden ser sujetos de cambios constantes en pro de facilitar el entendimiento de procesos biológicos fundamentales.
¿Puede el déficit de oxígeno promover beneficios al cerebro?
Los nuevos hallazgos científicos nos indican que la hipoxia forma parte de un mecanismo fisiológico plenamente instaurado en el tejido cerebral, que promueve la activación de distintas rutas celulares que causan modificaciones bioquímicas e histológicas que facilitan el proceso de adaptación cerebral.
En los últimos años ha comenzado a utilizarse el término neuroplasticidad cerebral, principalmente por psicólogos y médicos, en busca de derribar aquella vieja imagen en la que se representaba al cerebro como una estructura rígida y poco variable.
Se entiende entonces como plasticidad cerebral o neuroplasticidad la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse a los cambios que se requieren para ser funcionales y ampliar las capacidades cognitivas a lo largo de la vida.
Y es esta capacidad la que permite que podamos continuar aprendiendo y modificando conceptos, lo que nos ayuda a tomar mejores decisiones y presentar un comportamiento socialmente aceptable.
Se ha observado en pacientes con enfermedades neurológicas -como la enfermedad de Alzheimer- que la plasticidad cerebral se encuentra ausente, lo que podría explicar cómo es que estos pacientes mantienen recuerdos pasados, pero son incapaces de recordar detalles de la cotidianidad.
Más aún, se observó en ratones que el bloqueo de los receptores para eritropoyetina en el cerebro disminuyó la activación de la vía de aprendizaje activada por eritropoyetina mediante la inducción de hipoxia funcional cerebral.
Definitivamente, los recientes hallazgos neurológicos apuntan a modificar teorías previamente establecidas, aunque es necesario corroborar el desarrollo de las mismas específicamente en cerebros humanos.
Lo que está claro es que el concepto de neuroplasticidad existe (detalle) y se puede estimular mediante el ejercicio 😉
Ayuda mejorar el flujo cerebral, mediante 2 vías:
- Aumento del numero de vasos sanguíneos
- aumento del volumen de sangre en el cerebro
Parece ser que estos procesos incrementan el oxigeno y glucosa en el cerebro, favoreciendo un mayor aporte de nutrientes y estimulando la salida de desechos metabólicos.
¿Qué ventajas genera la neuroplasticidad inducida por déficit fisiológico de oxígeno?
Indudablemente, la neuroplasticidad inducida por déficit fisiológico de oxígeno representa una función, aunque recientemente descubierta, fundamental para el desarrollo neurológico normal en los ratones, de lo que se presume que esta condición se replica en seres humanos.
Dentro del proceso evolutivo, una de las condiciones importantes para poder prevalecer es la adaptación.
La adaptación impera incluso sobre el uso de la fuerza, de manera que, si la función cognitiva se encuentra interrumpida o disminuida, entra en carencia la capacidad de adaptación.
Entonces, puede decirse que la neuroplasticidad es fundamental para la supervivencia, lo que se hace innegable cuando se observan los síntomas en personas que tienen comprometidas las interacciones neuronales que afectan sus capacidades cognitivas y de mantenimiento de la memoria a largo y corto plazo.
Aún es necesario realizar muchos más estudios que ayuden a profundizar los hallazgos neurológicos que existen hasta el momento y así mejorar el entendimiento que se tiene hasta ahora sobre el modo en que funciona el cerebro. El ser humano sigue siendo una caja de sorpresas 😉