
Desde los tiempos más remotos el ser humano ha tenido como objetivo la búsqueda de la felicidad. El acelerado ritmo de la vida moderna nos empuja a vivir de manera permanente deseando cosas. Una vez que conseguimos satisfacer nuestros deseos nos acostumbramos a ellos y dejamos de apreciarlos. En esto consiste la adaptación hedónica.
Aprender a frenar la inercia de la adaptación hedónica, es la clave para disfrutar del presente y apreciar aquello que ya tenemos.
Vamos a ver cómo funciona la adaptación hedónica y cuáles son los secretos para evitar sus efectos negativos en nuestra vida.
La búsqueda de la felicidad
La búsqueda de la felicidad y el bienestar han ocupado un puesto principal en la historia del ser humano desde los inicios del pensamiento filosófico en la antigua Grecia.
Aristóteles decía que todas las acciones humanas tienen un fin y todos los fines conducen a un fin último: la felicidad. Algunas escuelas Helenísticas de la antigüedad llegaron a la conclusión, que para alcanzar la felicidad hay que buscar el placer y evitar el sufrimiento. Ésto es lo que se conoce como hedonismo.

Hedonismo, origen de la adaptación hedónica
El hedonismo es una doctrina filosófica que reconoce al placer como el bien supremo de la vida humana. El fundador de esta doctrina fue Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates.
Más tarde llegó el epicureísmo, doctrina relacionada con Epicuro de Samos. Los epicúreos entendían el hedonismo como la ausencia de dolor. El placer consistía, para ellos, en llevar una vida tranquila alejada del sufrimiento.
En psicología se entiende el hedonismo como una mezcla de estas dos doctrinas filosóficas. El ser humano y todas sus acciones están enfocadas en la búsqueda del placer para evitar el sufrimiento y la infelicidad.
La selección natural sobrevivió gracias a que nuestro cerebro fija la atención en los peligros o problemas que suceden a nuestro alrededor (detalle) y parece ser que atendemos mas la información negativa versus positiva.

La adaptación hedónica
Las sociedades modernas están llenas de estímulos que nos hacen estar continuamente deseando cosas. La cultura y la sociedad han establecido como sinónimo de felicidad la búsqueda insaciable del dinero y posesiones materiales.
Cuando satisfacemos un deseo, experimentamos una sensación de felicidad. Con el paso del tiempo, nos acostumbramos a esas cosas que hemos conseguido y dejamos de apreciarlas. Esto es lo que se conoce como adaptación hedónica.
Deseamos lo que no poseemos y cuando lo conseguimos, la recompensa es mucho menor que el deseo de poseerlo (revisión)
Las barreras y los obstáculos llaman la atención porque tienen que ser superados, en cambio normalmente los beneficios de haberlos superado se disfrutan de una manera sencilla y a veces hasta pueden ser ignorados 🙁
La adaptación hedónica es una de las mayores causas de insatisfacción de las personas en la actualidad. Cuando por fin conseguimos satisfacer nuestros deseos, más adelante, querremos más y más. Al no poder alcanzarlos, sentimos que hemos fracasado y nos frustramos.
A continuación, veamos cómo frenar los efectos de la adaptación hedónica y conseguir vivir una vida plena y feliz 😉

Las gratificaciones
Las gratificaciones son las actividades que nos hacen sentir bien, sin que hayamos satisfecho previamente un deseo. Consiste en hacer lo que más te gusta durante el mayor tiempo posible.
Resulta que esta practica se asocia a beneficios y el simple hecho de agradecer lo que tenemos puede llevarnos a sentirmos mejor. Veamos algunos de los beneficios asociados:
- Predictor del Bienestar general, mejor salud física y mental (detalle, referencia, estudio) e influye de manera positiva en el comportamiento agresivo (estudio)
- Mejora calidad del sueño (estudio, estudio, estudio)
- Afecta positivamente al estrés y depresión (estudio, estudio, estudio, estudio)
- Gratificar parece que también esta asociado a una mayor satisfacción de la vida y laboral en general (estudio, estudio)
- Relaciones personales y rendimiento académico (estudio, detalle, estudio)
- Relaciones sociales, bienestar subjetivo y satisfaccion con la vida (detalle, paper, paper )
Cuando hacemos algo que nos gusta, tenemos la sensación de que el tiempo se detiene. No necesitamos nada más para sentirnos bien. Hacer deporte, leer, escuchar música, desarrollar una actividad creativa…
Así pues, cualquier gratificación es válida para frenar la inercia de la adaptación hedónica.
Si estamos inmersos en las actividades que más disfrutamos nos concentramos mejor y olvidamos los pensamientos negativos y el estrés. Las gratificaciones mejoran nuestro autoestima y repercuten de forma positiva en nuestro estado de ánimo (estudio).

Vencer la sugestión
La publicidad, los medios de comunicación, las instituciones y el conjunto de la sociedad, marcan unas normas y leyes de comportamiento que pueden modificar, dirigir o guiar el pensamiento, las emociones y las decisiones de aquellas personas que se dejen sugestionar.
Uno de los secretos para alcanzar una vida plena y feliz, es aprender a pensar por uno mismo. Es indispensable experimentar y sacar conclusiones sobre cualquier aspecto de nuestra vida sin dejarse influenciar por lo que otros digan o piensen.
Nuestra mente es como una fortaleza y la gratitud es un rasgo ligado a nuestra personalidad, aunque también es algo de podemos trabajar (detalle, detalle)
Nunca nos robaran la calidad de nuestros pensamientos, pensar de manera gratificante produce estímulos a nivel neuronal
y cambios observables en distintas partes del cerebro (estudio, estudio), en cambio pensamientos negativos parece que merman energía (detalle)
La publicidad y los medios de comunicación emiten informaciones con el objetivo de satisfacer sus fines comerciales. Si hacemos caso de todos los estímulos que llegan a nuestro cerebro entraremos en la rueda de deseos e insatisfacciones de la adaptación hedónica.

Tomar el control frente a la adaptación hedónica
Para escapar a los influjos de la adaptación hedónica es indispensable tomar el control de nuestros pensamientos y emociones.
Estos son algunos secretos para evitar la sugestión y decidir por nosotros mismos:
Relativismo
No debemos compararnos con nadie para determinar si nuestra vida es feliz o no. Lo que para unas personas puede ser satisfactorio, para otras puede ser aburrido. Es fundamental pararse a pensar de qué manera queremos vivir, sin comparar nuestra vida con la de los demás.
Vivir el presente
Lo que vivimos hoy es lo que hemos creado con nuestros pensamientos y acciones en el pasado. Si nos enfocamos en el presente y lo vivimos con alegría y sin preocupaciones estaremos preparando un terreno ideal para nuestro futuro.
Mirar alrededor
La mayoría de las personas que son infelices es porque olvidan todas las cosas positivas que les rodean. La mejor forma de vencer los efectos de la adaptación hedónica es pararse a pensar todas las cosas que tenemos y no dejar de valorarlas nunca.